Abrid los ojos hacia vosotros mismos y mirad en el infinito del espacio y el tiempo. Oireis que alli vuelven a resonar el canto de los astros, la voz de los numeros y la armonia de las esferas. Cada sol es un pensamiento de dios y cada planeta una forma de ese pensamiento, y es para conocer el pensamiento divino que vosotras almas descendereis y remontareis penosamente el camino de los siete planetas y de los siete cielos suyos. HERMES TRISMEGISTO


Lo que la oruga ve como el final de la vida, el maestro lo llama una mariposa. RICHARD BACH

DEDICATORIA

Allí, donde habitan las mariposas, lo hacen tambien las hadas y los angeles, la verdad y la ilusion, la alegria, el amor, la dulzura y la fantasia; los mas bellos sueños y la esperanza.

Es el lugar donde los rios son de miel y las montañas de plata y diamantes; donde los seres alados bailan moviendose al ritmo de la musica de George Harrison y el aroma del Padmini; donde puedo descansar en grandes almohadones de plumas tejidos con hilos de seda y oro. Es mi refugio, y el de muchos que sueñan encontrarlo, sin saber aún que son mariposas.

Este blog esta dedicado a todos ellos y ojala puedan disfrutarlo como parte de su camino hacia el lugar donde habitaron o habitaran algun dia


Parameshwary
Enero 2009


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los cuatro acuerdos de la sabiduria Maya

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hada mariposas

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Secretos Parameshwary

viernes, 26 de abril de 2019

NOTRE DAME

miércoles, 24 de abril de 2019


La belleza que desaparece es irrecuperable, las obras de arte, aun las más portentosas y monumentales, son efímeras. La creación del arte es intemporal, eterna, nació con el ser humano y continúa como un testimonio de nuestra evolución.  El incendio de la Catedral de Notre Dame nos enfrentó a la vulnerabilidad del arte, a su fragilidad, a la sensación de muerte, de algo que se va y que no volverá a responder nuestras preguntas. La destrucción de los testimonios del pasado nos deja sin Historia, el fuego es tan voraz como nuestra negación de la memoria, de la deuda que el presente tiene con lo que antecedió a la pertenencia de esta época. El dolor de esta pérdida es que hoy, con los supuestos avances tecnológicos de la arquitectura y la industria, carecemos de la capacidad artesanal que convirtió en arte la construcción de Notre Dame.
La fervorosa idolatría al progreso ha despreciado y pasado por encima de los artesanos, de la herencia generacional de trabajar las maderas, la piedra, los materiales, hacer capiteles, esculturas, vitrales, gárgolas, mosaicos, marquetería, todo ha sido sustituido por los materiales hechos en serie, por torres de vidrio y concreto. El concurso de restauración es para arquitectos, no para historiadores y artistas clásicos, los candidatos como Foster, Martin Ashley, Stephen Barrett, coinciden en que hay que “modernizar” la estructura, “tomar la oportunidad de acercarla a nuestro tiempo y nuestra cultura”, “espiritual pero diferente”, “materiales más luminosos y funcionales”, esa es la verdadera tragedia, la restauración puede ser peor que el incendio. Los arquitectos contemporáneos, enamorados de la fama y el protagonismo, ponen su estilo por encima de la función del edificio, por eso las iglesias modernas parecen aeropuertos o centros comerciales. La pretensión de que nuestra época es “más avanzada” es una arrogancia que permite que esas restauraciones atenten contra el espíritu real de los edificios y obras de arte. Quieren adaptar el pasado a nuestro presente y si restauran una pintura le quitan las veladuras y la dejan como cromo de calendario, si restauran un edificio le dividen sus techos de triple altura y meten pisos intermedios porque la actualidad tiene agorafobia y vivimos en cajas de zapatos. Modernizar Notre Dame no es restaurarla, fue creada en el Gótico, es un concentrado de la filosofía de la Edad Media y ese es su valor, que representa un momento del pensamiento y la espiritualidad humana que no tiene por qué ser como la de hoy. La inspiración de esas cúpulas y bóvedas, de sus pinturas y altares, estaba en una filosofía que hoy es imposible de plantear, con la frivolidad arquitectónica inspirada en la cultura corporativa, que uniforma los recintos en ostentosas moles de vidrio, que se perciben mal cimentadas, sin el arraigo que representaba la fuerza y permanencia de las ideas, que envejecen mal, deteriorándose al ritmo de nuestra sociedad.
La demagogia de la integración y la multicultural es parte de las iglesias de hoy que se supone albergan todas las religiones, como si un sitio para la oración y la intimidad fuera un fast food donde puedes comer una pizza o unos tacos o sushi en la misma mesa. La oscuridad de un recinto así es parte de su filosofía, es para estar en otro estado del ser, si quieren luz que se metan a un corporativo de vidrio con su obsesión inhumana y vigilante de la “transparencia”, la gente que quiere orar tiene derecho al silencio y a la introspección, a escuchar los coros que nacían de la oscuridad de las celosías. Notre Dame fue un sitio para coronarse, santificarse, suicidarse, antes de verla convertida en un aeropuerto o un corporativo, que la dejen así, un esqueleto carbonizado por nuestra ignorancia y soberbia. 

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