En un artículo reciente sobre resonancia mencioné brevemente la noción de que los campos tienen rangos superiores e inferiores con los cuales podemos elegir resonar. En la vida siempre se nos presentan opciones, posibilidades y elecciones sobre con qué queremos resonar. Podría decir que cada campo es una octava y que la siguiente octava más alta o más baja es en realidad un campo similar pero ligeramente diferente. Ahora profundizaremos en cómo nuestra experiencia se divide en octavas y cómo esto nos permite elegir en qué octavas queremos jugar.
Primero veamos varias de las octavas de la vida que son bastante evidentes. Vemos la octava trabajando en los siete colores del arco iris, en las octavas en la música, y con los siete chakras, siendo el octavo chakra el primero en la siguiente octava. Lo vemos con los siete niveles en los rasgos de personalidad, con las siete etapas del alma y los siete niveles de madurez en cada una, etc., etc.
Para comprender mejor las octavas, comencemos con algunos ejemplos de rasgos de personalidad que algunas personas tienen. Estos rasgos pueden ser los que exhibes en tu propia personalidad, o tal vez no. Sin embargo, incluso si no los tienes, ciertamente los has visto en acción en tus amigos, colegas, familiares o personas famosas, así que podrás relacionar a todos ellos.
Comencemos con el rasgo de dominación que algunas personas tienen como tema principal en su personalidad. Muchos jefes de estado, primeros ministros y presidentes lo manifiestan, por lo que es fácil pensar en ejemplos. La dominación puede desplegarse en una amplia gama de actividades, por ejemplo el predominio en el atletismo, como James LeBron lo hace en el baloncesto; en el campo de la actuación tenemos a los actores predominantes como Anthony Hopkins o Cate Blanchett; en música, Taylor Swift; el dominio en los negocios lo ejemplifica Jeff Bezos de Amazon; el predominio en la política, tal como Donald Trump y así sucesivamente. Claramente, como pueden ver, no todos manejan la dominación de manera similar y esto, por supuesto, tiene que ver con sus conjuntos de valores y está relacionado con las etapas y niveles de su alma ya mencionados anteriormente.
El dominio tiene un rango que se mueve entre la dictadura en el polo negativo y el liderazgo en el polo positivo. Esos representarían los dos extremos de ese comportamiento. La dictadura es la vibración más baja y no trae alegría ni felicidad a los que están sujetos a los decretos del dictador. Tampoco trae satisfacción a otros jefes de estado que deben lidiar con el dictador. La dictadura es, por supuesto, emitir órdenes que no toman en consideración los mejores intereses de las personas, sino los intereses de unos pocos leales y el deseo del dictador de perpetuar su propio poder.
El liderazgo es la vibración más alta en este continuo en la cima de la octava y conduce al interés por el mayor bien de los sujetos y una mayor cooperación con otros líderes. La dictadura lleva al sufrimiento y el liderazgo a una mayor satisfacción. Entre ellos tenemos variaciones menores y mayores en el tema de las polaridades.
Tomemos la edad del alma como otro ejemplo. Hay siete etapas del alma y siete niveles para cada etapa. Cada uno de esos siete niveles, a su vez, se divide en siete niveles adicionales, lo que da como resultado muchas octavas de comportamiento. Por lo tanto, hay muchos pasos para llegar a la maestría en el avance evolutivo de un alma hacia el despertar final.
Los niveles se repiten a sí mismos nuevamente en la siguiente etapa. Entonces, por ejemplo, el primer nivel de una etapa es el servicio y, después del séptimo nivel, la maestría, el primer nivel de la siguiente etapa es nuevamente el servicio pero en un nivel más alto que el anterior. Así es como funcionan las octavas. Los niveles son un campo y la siguiente octava de los niveles superiores son un nuevo campo, lo cual significa el operar a un nivel más sofisticado. Un alma joven haciendo servicio es diferente de un alma madura haciendo servicio, y así sucesivamente. El séptimo nivel es un nivel de liderazgo, por lo que a menudo es donde se encuentran personas con predominancia. Un alma de niño de séptimo nivel será dominante de una manera más primitiva que, digamos, un alma madura dominante de séptimo nivel . Es decir, es más probable que exhiban una actitud dictatorial que un liderazgo de alma madura.
Si tuviéramos que observar la progresión de las octavas en forma tridimensional, veríamos que se parecen a espirales. Cada octava representa un giro completo de 360 ??grados a medida que se eleva hacia la siguiente octava. De esta manera puedes ver visualmente que cada posición en la espiral está directamente por arriba y por debajo de una posición similar con la misma temática. Un ciclo de la historia implica un lapso de tiempo de dos mil años. Una octava implica ocho secuencias de tiempo de dos mil años o aproximadamente 16,000 años u ocho giros de las espirales. Si viéramos esto como una espiral de tiempo y eventos, podríamos ver que ahora estamos aproximadamente en paralelo al año 18 DC, una época en que el Imperio Romano estaba en decadencia y el joven Jesús sólo tenía 18 años, si aceptáramos el año 0 DC como su nacimiento. Hay muchas similitudes entre hoy y ese marco de tiempo histórico.
En los rasgos de personalidad, es cierto que las octavas más altas conducen a niveles más altos de funcionamiento, pero esto no siempre es así para otros conjuntos de octavas. No se podría decir lo mismo de las octavas en la música. Una octava más baja es tan válida como una octava más alta, pero simplemente producirá un resultado diferente en el oyente. Las notas más altas a menudo van acompañadas de una inspiración más alta, pero no podemos decir que una nota alta es mejor o más sofisticada que una nota baja. Las notas bajas también tienen su validez y la música no sería la misma sin las contribuciones de octavas variadas. Dentro del desarrollo de la personalidad, uno puede ver fácilmente un movimiento de lo menos sofisticado a lo más sofisticado.
Si estamos hablando del contínuo que va de la violencia a la paz, entonces las octavas más altas son definitivamente más deseables para los seres humanos, pero si estamos hablando de los niveles de intensidad de un terremoto, un terremoto de mayor intensidad sólo es peor cuando se considera el daño a la vida humana y a la propiedad. De lo contrario, es diferente pero no malo. Entonces, en la naturaleza, todas las octavas tienen la misma validez, pero para los seres humanos las octavas más altas reflejan la evolución.
Cada sistema del cuerpo tiene niveles vibratorios más altos y más bajos que incluyen a todos los órganos. Tomemos algunos ejemplos comenzando por el sistema endocrino. Las glándulas endocrinas vibran a niveles más bajos o más altos y, dependiendo de cuáles sean sus niveles vibratorios, las hormonas que producen son más o menos físicas. Ahora ten en cuenta que la ciencia médica no está de acuerdo en este momento en que existen niveles más altos de funcionamiento o niveles vibratorios más altos en el sistema endocrino. Para ellos las glándulas tienen una sola salida hormonal.
A medida que las frecuencias de las hormonas se incrementan, se elevan a niveles que permiten que se realicen actividades supranormales. Por ejemplo, las hormonas de alta frecuencia permiten caminar sobre el fuego sin quemarse o, en algunos casos, caminar sobre el agua o atravesar una pared sólida. Sólo los adeptos altamente entrenados y habilidosos son capaces de realizar tales hazañas, como los maestros chamanes, los lamas budistas tibetanos, los yoginis y los místicos. La mayoría de las hormonas permanecen en las octavas más bajas durante toda la vida humana, excepto quizás en casos muy raros de emergencia grave o trauma, cuando experimentan un evento completamente anormal, como el hecho de poder levantar un automóvil de arriba de un niño que está siendo aplastado. Esto sería un aumento temporal en la frecuencia de sus hormonas.
La conciencia humana también se mide por octavas inferiores y superiores. La conciencia humana en el planeta hoy en día está comprometida por muchas programaciones, condicionamientos sociales y poderosas series de reglas que limitan lo que una persona promedio puede experimentar. La mayoría de las religiones organizadas enseñan que los individuos no pueden alcanzar ningún conocimiento a través de la revelación directa. Necesitan ir a un sacerdote, rabino, imán, ministro o lo que tengan para interceder por ellos. Afortunadamente, existen muchas excepciones a estas reglas y ciertos individuos se rebelan contra las reglas y encuentran caminos independientes hacia la libertad. Cuando lo hacen, son capaces de elevarse a octavas más altas en conciencia y se iluminan de varias maneras. A estas octavas superiores se las suele referir como fundamentalmente diferentes de las octavas inferiores. Cuanto más alta es la octava, más puede la persona independizarse de todas las reglas típicas y esperadas de la realidad.
Jesús se refirió particularmente a estas octavas superiores como el reino de los cielos, en el cual uno podría estar en comunión con el Cristo eterno. Otros grandes místicos y maestros se han referido de manera similar a los estados superiores del ser, como el descubrimiento de la naturaleza búdica y similares. Las principales formas de elevarse en octavas de conciencia son, entre muchas otras:
1. Creer que puedes.
2. Reclamarlo, anunciando que vas por ello.
3. Para luego involucrarte con prácticas que aumentan tu frecuencia con frecuencia.
4. Conectarte con la gratitud, el amor y el asombro con la mayor frecuencia posible, ya que estos son tres estados vibracionales de frecuencia extremadamente alta.
5. Ocuparte de calmar la mente pensante tan a menudo como te sea posible sin dejar de participar en las actividades normales de la vida.
6. Des-identificarte del contenido de tu vida y re-identificarte con ser el contexto de tu vida.
7. Perdonar todo y cada cosa que se sienta como separación o conduzca a la separación.
8. Fomentar la compasión por uno mismo y por los demás dejando atrás los pensamientos críticos.
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Por José L. Stevens
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16 de Noviembre 2018
Traducción: Marcela Borean
Difusión: El Manantial del Caduceo
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