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Adoración de los pastores
En la historia de la pintura los más grandes artistas de la antigüedad plasmaron esta escena evangélicaComo otras tantas escenas religiosas, que junto a las bíblicas y mitológicas eran las más demandadas, bien para oratorios de las grandes familias, bien como cuadros de altar y/o frescos para iglesias, para monasterios, catedrales y los papas de Roma.
En el día, que según el Nuevo Testamento cuenta, nació en Belén Jesús de Nazaret, unos pastores, avisados por un ángel, fueron a adorarlo, llevádole presentes al pesebre dónde María lo había alumbrado.
Os traigo una pequeña muestra de la citada escena, según algunos de los viejos maestros de la pintura.
Pasaje del Evangelio de San Lucas en la que se relata la Adoración de los Pastores a Jesús de Nazaret
“En aquellos días se promulgó un edicto de César Augusto, para que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento se hizo cuando Quirino era gobernador de Siria.
Todos iban a inscribirse, cada uno a su ciudad. José, como era de la casa y familia de David, subió desde Nazaret, ciudad de Galilea, a la ciudad de David llamada Belén, en Judea, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta.
Y cuando ellos se encontraban allí, le llegó la hora del parto, y dio a luz a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo recostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el aposento.
Había unos pastores por aquellos contornos, que dormían al raso y vigilaban por turno su rebaño durante la noche. De improviso un ángel del Señor se les presentó, y la gloria del Señor los rodeó de luz. Y se llenaron de un gran temor.
El ángel les dijo:
-No temáis. Mirad que vengo a anunciaros una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: hoy os ha nacido, en la ciudad de David, el Salvador, que es el Cristo, el Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis a un niño envuelto en pañales y reclinado en un pesebre.
De pronto apareció junto al ángel una muchedumbre de la milicia celestial, que alababa a Dios diciendo:
Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres en los que Él se complace.
Cuando los ángeles les dejaron, marchándose hacia el cielo, los pastores se decían unos a otros:
─Vayamos a Belén para ver esto que ha ocurrido y que el Señor nos ha manifestado.
Y vinieron presurosos y encontraron a María y a José y al Niño reclinado en el pesebre. Al verlo, reconocieron las cosas que les habían sido anunciadas sobre este niño. Y todos los que lo oyeron se maravillaron de cuanto los pastores les habían dicho. María guardaba todas estas cosas ponderándolas en su corazón.
Y los pastores regresaron, glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, según les fue dicho.”
San Lucas
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