Este sistema, nos permite, reconocer, y saber, en todo momento, si una vibración, nos pertenece o no.
Método: Es muy
sencillo, se trata en primer, lugar de cerrar los ojos, y poder,
respirar hondo, con conciencia; es decir a cuatro tiempos. Inhalando por
la nariz y exhalando por la boca. Así sucesivamente, unas 9 veces, para
ser concretos.
Entonces, visualizaremos, una gran
esfera de luz, en el interior de la tierra, de donde proviene una luz,
que se dirige en vertical, hacia nosotros, vemos como frena, unos
centímetros por debajo de nosotros. Abriendo así nuestro chakra de
conexión con nuestros cuerpos sutiles, el chacra estrella de Gaia, que
nos mantiene arraigados a ella, lo abrimos y llenamos de luz, respirando
9 veces; y aprovechamos para limpiar todo aquello que es inarmónico.
Una vez allí, subimos esta luz, a través
de nuestro cuerpo, abriendo uno por uno nuestros chacras, y llenándolos
de luz, hasta el chacra corona, después subimos en vertical, hasta
encontrar, mas o menos un palmo a distancia de nuestro cráneo, el chacra
octavo, que si sumamos, el estrella de Gaia, encontraremos el centro
energético de nuestro cuerpo causal, que nos ayuda a filtrar la alta
frecuencia de luz, de nuestros chakras que se hallan en los cuerpos
sutiles.
Una vez allí, abriremos esta luz, que se expanda y nos deje dentro de un tubo de luz, tan ancho como creamos apropiado.
Entonces, escogeremos un tema, una
imagen o un nombre, y también nos sirve para cualquier símbolo, de
cualquier cultura. Visualizaremos, dicho símbolo, y me refiero a todo lo
que acabo de mencionar; siendo conscientes de que esa imagen o símbolo,
es en si el icono de una vibración en concreto y tiene la capacidad de
activar unas hondas, que nos llegan a nosotros, de manera concreta.
Y toma entonces conciencia de tu chackra
del corazón sagrado que se halla, por debajo del corazón real, en la
zona de la espalda, y tu chacra de corazón ascendente, que se halla
situado en la zona del timo y la garganta, y el centro de visión del
alma, que se encuentra en el centro de la cabeza, detrás del tercer ojo,
pero un poco por debajo de el.
Visualiza, entonces a un arcángel o
guía, maestro o Yo superior, sentado en frente a ti. y visualiza los
tres centros mencionados, en el.
Ahora respirando hondo, veremos como
sale un rayo plateado de nuestro corazón sagrado, y del de nuestro guía,
y vemos como los dos se unen, en una columna vertical.
En segundo lugar visualizamos como surge
un rayo de luz dorada de los dos corazones ascendentes. Y se conectan,
ensanchando esa columna de luz.
Ahora, enviamos una luz blanca nacarada,
como opalescente, que surge de nuestro centro de visión del alma, que
se conectara de manera parecida.
Respiramos profundamente, y vemos como
se completa la conexión y circula la engría entre ambos, es entonces
cuando nos situamos en el centro de visión del alma, en el centro de
nuestra cabeza, detrás del tercer ojo. y sentimos como los tres centros
se conectan y se activan y ves como esta, columna de luz se activa y se
dirige al infinito, junto a la de tu guía, y se conecta con lo que tu
reconoces, la unidad, o fuente, o logos solar, tomas conciencia que es
solo una, que los tres sois uno.
Respiramos profundamente, y tomamos
conciencia de cómo esa esencia de unidad llega a cada uno de nuestros
átomos, y en la totalidad de las células de nuestro ser.
Nos quedamos ahí, y sentimos, como
descansa, la guerra, que había en nosotros, como somos solo uno,
poniendo fin a nuestra dualidad.
Vemos como de nuestros tres centros de
corazón, se distribuye la energía en nosotros, y vemos como baja a
través de nosotros, al centro de la tierra. Y comenzamos a desconectar,
el primer rayo de luz nacerá del centro de recepción del alma, del logos
solar y lo devolvemos hacia, nosotros, así como nuestro guía también.
Respiramos profundamente, y hacemos
descender el rayo de luz, dorada suavemente hasta el corazón ascendente y
dejamos que se fusione, con la fuente de luz de nuestro ser, y nuestra
columna, y dejamos que nuestro guía haga lo mismo.
Volvemos a respirar y dejamos que el
rayo de luz plateada regrese de nuevo a nosotros y se deposite,
dulcemente en todo nuestro ser.
Respiramos de nuevo 9 veces para ir
tomando conciencia de nuestro ser, y de las energía que en este momento
se agitan en nosotros. Y las sentimos como se impregnan en nuestras
células, estas energía que estamos trayendo desde nuestro cuerpo
etérico, se establecen en unión en nuestro cuerpo físico y una vez
sintamos que es el momento, vemos como se deslizan, hacia el interior de
la tierra, a trabes del chakra estrella de Gaia, penetrando en el
núcleo de la tierra y anclándonos en el. Anclando en nosotros, el amor
universal y la compasión que nos conduzca al libre albedrío. Sentimos
como nos invade una gran emoción y gratitud, por la integración de
dichas energías.
2º Ejercicio:
Una vez integrados los corazones,
podremos visualizar en frente de nosotros, esa imagen, icono o símbolo, y
ver como se acerca a nosotros, quedando a la altura del corazón, sin
traspasar el tubo de luz azul, y pediremos, que de nuestro centro de
corazón ascendente, surja, un rayo de luz dorada, que traspase el tubo
de luz azul y envuelva , la imagen dentro de un ovalo dorado, una vez
allí, veremos como en medio de la luz dorada, nace un rayo de luz verde,
que nos eleva la verdad, en torno a cualquier vibración y si vemos que
aunque se haya transformado sigue ahí.
Pediremos al centro de recepción del
alma, que emita de nuevo un rayo nacarado de luz, que nos dibuje una
pantalla, en donde podamos, recordar, o recibir , aquello que nos
permita sanar en torno a esa imagen o situación, símbolo o música;
mostrando lo que contiene para nosotros.
Si por un casual, es alguna sensación
dolorosa o terrible, llenamos inmediatamente de luz violeta la escena o
pedimos a nuestros guías, que se ocupen de ella, hasta transformarla en
armónica, y nos perdonamos por ese tiempo y espacio, por ser parte de
el, sin ser conscientes del mismo. O a aquellos que participaron de
ello, por su falta de conciencia.
Cuando hayamos terminado, le damos las
gracias al icono o imagen y la diluimos, recogemos limpios, los rayos de
luz, dorada y nacarada, y sentimos columna gran paz,, proveniente de la
luz del chacra causal, nos llena en forma de luz blanca, a todo nuestro
cuerpo.
Respiramos hondo y poco a poco, retomamos conciencia de nuestro cuerpo.
Viendo como el chacra de nuestro corazón
se expande, en espiral, como una gran honda, espiral, en el medio de la
cual se halla una gran esfera de luz blanca, que brilla con intensidad.
Es nuestro corazón monadaico, o en unidad, con respecto a nuestro
prana. Que ha hecho la paz en ese tema.
En ocasiones, si se trata de símbolos,
podemos mientras lo visualizamos, recibir, energía o visiones de
iniciaciones, que nos modifiquen, en forma de ajustes vibracionales,
conocidos como iniciaciones solares o etericas. Pero como estamos dentro
e un tubo de luz azul, estamos protegidos ante cualquier modificación,
si sabemos que se trata de un tema familiar, complejo o algo que sabemos
que nos moverá, podemos, forrar internamente, el tubo azul con un rayo
de luz plateada, que reforzara, la protección por provenir directamente
del chacra del corazón sagrado. O templo interior.
Por Elsa Farrus
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