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En el pueblo de Costeti, un valle de rocas asombra y desconcierta a los científicos. Denominadas Trovants, sus características extraordinarias, como moverse o aumentar de tamaño, atraen a investigadores y curiosos de todo el planeta. Las teorías con respecto a su origen/s3.amazonaws.com/arc-wordpress-client-uploads/infobae-wp/wp-content/uploads/2017/10/18191939/trovants.jpg)
En el pueblo de Costeti, Rumania, un extraño fenómeno natural se
convirtió en los últimos años en un atractivo tanto para científicos
como para turistas: las piedras vivas. Denominadas Trovants por los
pobladores ("piedras que crecen" en rumano), su aspecto no difiere, en
general, de las piedras normales, aunque los minerólogos descubrieron
ciertos detalles que las convirtieron en únicas en todo el planeta.
De acuerdo a los especialistas, las rocas tendrían una antigüedad de 6
millones de años y habrían comenzado como pequeños guijarros,
pedregullo, hasta alcanzar los 10 metros, como sucede en algunos casos.
Sin embargo, este proceso no es rápido, al contrario, especulan que
tardan mil años en crecer entre 4 y 5 centímetros.
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El aumento de masa de las piedras pasó por el microscopio de los
científicos, quienes diseccionaron varias muestras para tratar de llegar
al fondo de este enigma. Al abrirlas, encontraron una estructura
similar a la de los anillos circulares que va formando el tronco de un
árbol, capa sobre capa, lo que sirvió para calcular la edad estimativa
de algunas piezas.
Luego de diferentes análisis, la rocas –que fueron declaradas monumento
de la humanidad por la Unesco– se desarrollaron diferentes teorías con
respecto a su capacidad para crecer.
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"Las trovants están formadas por arena sedimentada de una cuenca
formada hace seis millones de años. Junto a las arenas se han acumulado
carbonatos en exceso, que cuando llueve presionan a las capas inferiores
de sedimentos y las hacen aflorar hacia el exterior creando las
protuberancias", aseguran desde el Museo Trovant, los encargados de
protegerlas.
Algunos investigadores sostienen que las piedras pueden "reproducirse e
incluso respirar", aunque aclaran que estos procesos suceden en una
escala micro, entre dos días y tres semanas por "respiración". Es más,
hasta aseguran que tienen un extraño pulso que puede detectarse
utilizando un equipo de alta sensibilidad.
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Además, las piedras tienen una capacidad de "movimiento", ya que se
trasladan en promedio 2,5 mm cada dos semanas. Para los especialistas,
una de las razones tendría que ver con el aumento de la masa en un lado,
ya que esto generaría que se incline hacia delante toda la piedra.
La gran cantidad de características, la diferencia con el resto de las
piedras del mundo y la ausencia de una explicación científica que
responda todas las preguntas que se generan a su alrededor convirtieron a
las Trovants en materia de especulación. Algunos científicos se
inclinan a pensar que "son formas de vida de silicio con una conciencia
propia" y otros hasta ponen en duda su origen.
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Si bien parte de la comunidad considera que podrían ser producto de
antiguos terremotos, lo que explicaría su extrañeza, para otros tendrían
un origen extraterrestre, habrían llegado al mundo mediante una lluvia
de meteoritos única, lo que explicaría sus características
extraordinarias.
Por una razón u otra, el debate está abierto y son cada vez más los
curiosos que quieren "sentir la energía" de estas "piedras mágicas". Más
allá de toda especulación, los científicos las etiquetaron como formas
inorgánicas de vida.
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