FUENTE Iciar Piera
Película: Separados (2006)
Si has leído el libro de las Nueve Revelaciones estarás familiarizado con el término de “dramas de control“. Para todos aquellos que no lo hayan leído aún os lo recomiendo como lectura de este verano. En esta entrada intentaré explicar qué son los “dramas de control” y como funcionan en las interacciones con los demás.
La Cuarta Revelación nos dice que los seres humanos competimos por la energía. Lo hacemos de manera inconsciente en nuestros encuentros.
Si observamos nuestras interacciones y las de los demás, podemos tomar
conciencia de esta competencia y empezar a entender el origen del
conflicto humano. Al ser más conscientes también nos damos cuenta de que
la energía que conseguimos de esta manera no dura mucho. Enseguida se
agota y tenemos que ir a por más en un círculo del que solo conseguimos salir cuando identificamos el drama en el que estamos involucrados. La verdadera energía surge de nosotros, de nuestra conexión con la Fuente Universal (puedes darle el nombre con el que más cómodo te sientas). No necesitamos obtenerla de otra persona.
Este intercambio de energía
se está produciendo constantemente pero en la mayoría de las ocasiones
no somos conscientes hasta que esta baja o aumenta perceptiblemente.
¿Qué son los “dramas de control”?
Los “dramas de control” son los mecanismos que aprendimos en nuestra infancia, fruto de la interacción con nuestros padres, para adquirir energía y obtener de esta forma la apreciación, la atención, el apoyo o el reconocimiento de los demás.
En el Manuscrito se habla de cuatro clasificaciones principales. Algunas personas utilizan más de una en sus interacciones con los demás, pero la mayoría de nosotros tenemos un “drama” predominante que tendemos a repetir. Es esa forma de actuar que más beneficios nos reportó en nuestra infancia con los miembros de nuestra familia.
Clasificación de los dramas de control
1.- El Intimidador
Los “Intimidadores” logran que todos les presten atención a base de gritos, amenazas, a través de la fuerza física o los insultos. Utilizan la intimidación
y el miedo como formas de obtener lo que quieren. Suelen estar en el
escenario, no les gusta ocultarse o pasar desapercibidos. En el fondo
les gusta que la gente les tema y mostrar de esta manera su
“superioridad”.
Son básicamente “egocéntricos” y su comportamiento puede ir desde dar órdenes a los demás, hablar constantemente, ser autoritarios, inflexibles y sarcásticos, a ser violentos. Son quizás los que están más alejados de la energía Universal. Inicialmente atraen a los demás con su aura de poder y seguridad.
En la interacción con los demás, cada drama crea una dinámica energética contraria llamada “drama correspondiente“. Por ejemplo: los “Intimidadores“, suelen atraer a “Pobres de Mi ó Víctimas” sobre las que ejercer su poder. Al sentir que el “Intimidador”
les roba la energía, el “Pobre de mi” trata de frenar el intercambio
amenazador asumiendo una actitud impotente y/o aduladora. El “Pobre de
Mi” pretende de esta forma que el “Intimidador” se sienta culpable para así frenar su ataque al recuperar el flujo de energía. La otra posibilidad de “drama correspondiente” es el “Contra-Intimidador“.
Si la actitud de “Pobre de Mi” no surge efecto, o en caso de tratarse
de una persona agresiva también, surge este tipo de interacción en la
que se responde al “Intimidador” con la misma moneda.
Si uno de tus padres era “Intimidador“, es muy probable que hayas adoptado la actitud de “Pobre de Mi” ó “Contra-Intimidador” como tu “drama” predominante.
2.- El Interrogador
Los interrogadores no son tan amenazadores como los Intimidadores desde el punto de vista físico pero pueden socavar tu autoestima a base de críticas y sarcasmo. Buscan hacer sentir mal a los demás fijándose y haciendo notar sus errores o cuestionando todo lo que propongas.
Si tú dices blanco, ellos dirán negro. Pero si tú cambias y dices
negro, ellos dirán blanco. Al hacer esfuerzos para probar tu valía y
responderles, más energía les estarás enviando. Es muy probable que todo
lo que digas sea utilizado en su contra a la mínima oportunidad. Uno se
siente constantemente cuestionado en presencia de un Interrogador y que
no está a la altura.
Su comportamiento puede
ir de ser cínicos, escépticos, sarcásticos, perfeccionistas a ser
manipuladores. Inicialmente atraen a los demás por su ingenio, su lógica
infalible y su intelecto.
Como padres, los Interrogadores generan hijos “Distantes” o “Misteriosos” y a veces “Pobre de Mi”.
Los “Distantes” no quieren tener que responder y se encierran en un
mutismo que acaba aislándoles, para no permitir que su energía sea
absorbida.
3.- El Distante o Misterioso
Las personas “Distantes” están atrapadas en su mundo interior de miedos, dudas y en su propia lucha interior. A menudo se
muestran solitarios, mantienen las distancias por miedo a ser juzgados y
cuestionados como lo fueron de pequeños por sus padres “Interrogadores”.
Piensan que tienen que hacerlo todo solos y les cuesta pedir ayuda.
Necesitan “mucho espacio” y a menudo evitan los compromisos. De pequeños
no los dejaron satisfacer su necesidad de independencia o no los
reconocieron por su propia identidad.
Con tendencia a caer en
el lado “Pobre de Mi”, no son conscientes de que su propio aislamiento e
indiferencia puede ser la causa de que no tengan lo que quieren
(pareja, dinero, amor, autoestima), o de su sensación de estancamiento y
confusión.
Su comportamiento va de
no mostrar interés, permanecer inaccesibles, no estar nunca disponibles,
no cooperar, no necesitar a nadie a rechazar y ser escurridizos.
Suelen
utilizar la indiferencia para protegerse y cortar así su energía con
frases como: “Soy diferente”, “Nadie me entiende”, “Mejor sólo que mal
acompañado”, “No necesito a nadie”…Las oportunidades se les
escapan mientras lo analizan todo. Cuando surge un conflicto,
simplemente desaparecen sin dar más explicaciones. Inicialmente atraen
gracias a su personalidad misteriosa e inaccesible.
Los
padres Distantes suelen generar hijos Interrogadores, pero también
pueden entrar en “dramas” con los Intimidadores y los Pobres de Mi.
4.- El Pobre de Mi o Víctima
Los Pobres de Mi consideran que no tienen poder para llevar su vida de forma activa y atraen la atención a través de la pena, la culpa o la inseguridad. Pueden mostrarse distantes al igual que los Misteriosos pero mientras que estos desaparecen sin dejar huella, los Pobres de Mi se aseguran de que el silencio no pase desapercibido.
Suelen mostrarse
pesimistas, no mirar a los ojos al hablar, suspirar, hablar
constantemente de sus dramas y problemas y mostrarse débiles y sin
fuerzas para atraer la atención de los demás. Una de sus frases
favoritas es “Si yo pudiera…”.
Los Pobres de Mi seducen inicialmente por su vulnerabilidad y su necesidad de ayuda. Sin embargo, no
les interesan realmente las soluciones y no quieren cambiar porque
entonces perderían su fuente de energía que está en sus “problemas”,
“dolores”, “enfermedades”. Pueden mostrarse aduladores, resaltando
tus cualidades frente a las suyas para seguir perpetuando su imagen de
Víctima. Les cuesta poner límites con los demás y en ocasiones se meten
donde no les llaman empeñados en resolver problemas que no son de su
incumbencia.
Mantienen su postura de víctimas atrayendo gente que los intimida.
El primer paso para romper con este círculo vicioso es tomar conciencia de cual es el “drama de control” que aprendiste de pequeño. ¿Te vuelves impaciente, enojado, intimidas o dominas a otros? (Intimidadores) ¿Te quejas siempre y te concentras en sus problemas esperando que los demás vengas a salvarte? (Pobre de Mi) ¿Los interrogas, les haces reproches u hostigas? (Interrogador) ¿Mantienes las distancias, te muestras hermético y evitas mostrarte por miedo a que te juzguen? (Distante)
Observa que tipos de personas atraes en tu vida y que juego de control mantienes con ellos. :) ;)
Fuente: Blog Vivir en la Luz
La fotografía que acompaña a este texto pertenece a la película: Separados, donde podrás obervar el funcionamiento de los “dramas de control” en las relaciones y sus consecuencias.
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