Esa es una teoría que sostiene el historiador y egiptólogo Nacho Ares.
Como podemos ver en la estela del sueño,
erigida por el faraón Tutmosis IV en el 1400 a.C., es decir bastante
posterior a la creación de la esfinge, y podemos apreciar dos esfinges,
una opuesta a la otra, vigilando ambas los sentidos opuestos.

Bassam el Shammaa, egiptólogo también sostiene esta teoría: la
idea del león Aker es de origen arcaico, egipcio pero no faraónico. Se
trata de dos leones que transforman posteriormente su cabeza leonina en
la del rey otorgando a éste un aspecto secreto de la divinidad. De
acuerdo con la representación de Aker, los leones Shu y Tefnut protegen
dos colinas, estando en el centro el disco solar. La pregunta que nos
tenemos que hacer es ¿qué lugar en Egipto tiene estas características?
La respuesta no es otra que la meseta de Guiza.
Todas las representaciones del dios guardián Aker, son de este tipo, dobles y opuestas:

«Aker» de Jeff Dahl – Trabajo propio. Disponible bajo la licencia GFDL vía Wikimedia Commons – http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Aker.svg#/media/File:Aker.svg
Gracias al estudio fotográfico
SIR-C/X-SAR de la Agencia Aeroespacial norteamericana, se ha podido
analizar la densidad de las capas geológicas que componen el suelo y los
monumentos de la meseta de Guiza. Las imágenes de la Nasa exponen que
posiblemente existió una estructura de esas características, pintada de
amarillo:

Pero tal y como sostiene el historiador
Nacho Ares, de la meseta de Guiza no está explorado más que el 30%, en
la parte opuesta de la Esfinge podría estar enterrada otra gemela,
oculta entre las arenas del desierto.
La estela del inventario:
En el museo de El Cairo podemos encontrar esta estela, hecha de piedra caliza:

Nacho Ares comenta a este respecto:
Si seguimos el texto de esta estela, los sacerdotes del templo de Isis
nos dan a entender que cuando Keops reinó en Egipto ya estaba construida
la Esfinge y también una pirámide. Con ello se contradicen de forma
categórica todos los planteamientos de la historia tradicional.
Seguramente el paso de los años nos
indique si esta teoría es cierta o no, al menos algo de sentido tiene,
ahora que la situación ha mejorado en Egipto, esperemos que vuelvan las
excavaciones y tengamos más datos al respecto.
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