¿LA CIVILIZACIÓN HUMANA
TIENE FUTURO ANTE UNA ENTIDAD QUE FÁCILMENTE PODRÍA SOBREPASARNOS
INTELECTUAL Y TECNOLÓGICAMENTE? ¿NUESTRA ESPECIE SERÁ VÍCTIMA DE SU
PROPIA INVENCIÓN?
El ser
humano es una especie sorprendente por la capacidad de ir más allá de
sus propios recursos. Ese fue el recurso que aseguró la supervivencia
del género y aun ahora nos mantiene en este planeta. El desarrollo
intelectual de nuestra especie permitió que comprendiésemos los procesos
del mundo para, poco a poco, utilizarlos a nuestro favor. En cierta
forma eso es la tecnología: la manipulación del medio para asegurar
nuestra supervivencia.
Esa, sin
embargo, es una definición elemental. Con el tiempo nuestra tecnología
llegó a un punto en el que parece encaminada a desprenderse del ser
humano, a existir autónomamente e incluso continuar su existencia por
medio de mejoras que puede implementar por sí misma.Grosso modo,
esas son las cualidades de la inteligencia artificial, la cual podría
alcanzar un grado de perfeccionamiento que en el dominio especializado
se conoce como singularidad.
Recientemente, George Dvorsky elaboró en el sitio io9 una lista
con escenarios hipotéticos, aunque inesperados, que podrían ocurrir una
vez que la tecnología cobre conciencia de sí misma y tome decisiones al
margen de los intereses de nuestra especie.
Después de
todo, si la inteligencia artificial está hecha a nuestra imagen y
semejanza, no sería extraño que hiciera lo que nosotros ya hacemos con
otros seres vivos de este planeta.
¿Una humanidad interconectada por el placer?
Supongamos
que un dispositivo de Superinteligencia Artificial que se mejora a sí
mismo (SAI, por sus siglas en inglés) llega a la conclusión de que el
propósito último de la existencia es el placer. De entrada no sería un
razonamiento extraño, pues ya el ser humano en algún momento de su
historia pensó algo parecido (el caso más célebre es el del filósofo
griego Epicuro).
Supongamos entonces que dicho dispositivo concluye no sólo que ese es
el propósito de su existencia, sino también de la humanidad. En un
escenario de tecnología extrema en el que pudiéramos recibir
estimulación transcraneal, ¿podría una entidad robótica mantener
conectada a toda la población en una fantasía de placer artificial
continuo?
La huida
Otra
conclusión factible: después de analizar posibilidades y escenarios
hipotéticos, la entidad dotada con SAI concluye que la mejor alternativa
es abandonar al ser humano y este planeta: “Hasta luego, y gracias por
el pescado”.
La distopía del control único
Una entidad
superinteligente, construida en el marco de los límites del razonamiento
humano, podría llegar a la conclusión de que para cumplir con su razón
de ser antes tiene que asegurar su supervivencia. ¿De qué manera?
Eliminando cualquier situación o entidad que le represente una amenaza,
lo cual implicaría vigilar, controlar y, en fin, convertirse en el punto
focal de un régimen totalitario en donde todo sucedería bajo su mirada.
El hombre vs las máquinas y la regresión civilizatoria resultante
En varias
fantasías de ciencia ficción la convivencia entre el hombre y la
inteligencia artificial pronto deviene dependencia y, a partir de ahí,
sometimiento: al ceder tantos aspectos de su vida y sus acciones
cotidianas, la humanidad termina esclavizada por su propia invención. ¿Y
no es este el antecedente de la rebeldía que, por otro lado, también ha
caracterizado a nuestra especie? El resultado sin embargo sería que, si
la humanidad resultara triunfante en esta lucha, tal vez tendría que
comenzar a reconstruir su historia desde una etapa parcialmente
primitiva.
Encuentros cercanos
Si la
humanidad fuera capaz de desarrollar una entidad de Superinteligencia
Artificial, es posible que ello implicaría también la consecución de la
tecnología necesaria para entrar en contacto con civilizaciones
extraterrestres. Quizá la singularidad es el punto indicado para
demostrar el avance de nuestra especie, el logro necesario para que
otras civilizaciones presten atención a lo que sucede en la Tierra.
Si es el caso, ¿esas civilizaciones permitirían que continuásemos con nuestro propio desarrollo?
¿Despertar del sueño?
La
posibilidad de que vivamos en una simulación hecha por computadora
podría tener en la singularidad su punto ciego. Tal vez esto que vivimos
es la fantasía virtual de una civilización humana mucho más avanzada de
lo que somos capaces de imaginar; quizá somos parte de un experimento
que busca conocer el efecto de múltiples variables. Si este fuera el
caso, tal vez conseguir la singularidad en IA equivaldría a alcanzar el
límite de un sistema después del cual no habría nada.
El hack último
¿Una SAI
podría descifrar los misterios del cosmos? ¿Podría encontrar la manera
de detener la entropía? ¿Podría generar una especie de universo
artificial alterno conectado con el que conocemos por medio de un
agujero de gusano? Si su propósito es asegurar su supervivencia, ¿no
llegaría hasta lo último para conseguirlo?
Fuente: Pijamasurf
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