Abrid los ojos hacia vosotros mismos y mirad en el infinito del espacio y el tiempo. Oireis que alli vuelven a resonar el canto de los astros, la voz de los numeros y la armonia de las esferas. Cada sol es un pensamiento de dios y cada planeta una forma de ese pensamiento, y es para conocer el pensamiento divino que vosotras almas descendereis y remontareis penosamente el camino de los siete planetas y de los siete cielos suyos. HERMES TRISMEGISTO
lunes, 10 de noviembre de 2014
El hilo rojo del destino
Se cuenta que surge a raiz de descubrirse que la artería lunar une el meñique con el corazón y de ahí que el hilo rojo del destino sea una prolongación-conexión de esa artería que une los corazones de los amados. Incluso en el período Edo (1603 a 1867), algunas mujeres se cortaban el meñique en señal de amor a su amado (Yobitsune)
Música
"Chinese Twilight", de Klaus Schønning (Google Play • eMusic • iTunes)
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