Conozco un sendero en el bosque que conduce a un pico elevadoA él me izo y desde él observo.Embelesado, paso las horas fuera del tiempo.Viajo lentamente en las nubes o me detengo suspendido en el vacío del cielo.Fluyo con las aguas cantarinas o me vuelvo lluvia y caigo en silencio.Penetro en las rocas o soy vida vegetal, árbol erguido, ramas amplias.Oigo granizos y soy cuervo.Siento la brisa y me vuelvo viento.Al anochecer suena la campana del templo.Me levanto, me estiro, me desperezo y retorno al tiempo.
Abrid los ojos hacia vosotros mismos y mirad en el infinito del espacio y el tiempo. Oireis que alli vuelven a resonar el canto de los astros, la voz de los numeros y la armonia de las esferas. Cada sol es un pensamiento de dios y cada planeta una forma de ese pensamiento, y es para conocer el pensamiento divino que vosotras almas descendereis y remontareis penosamente el camino de los siete planetas y de los siete cielos suyos. HERMES TRISMEGISTO
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