Fuente: centronagual.es
Somos el mismo mar: Es una experiencia difícil de explicar, pero de
tal intensidad que resulta especialmente terapéutica desde un punto de
vista psicológico. Es la sensación de pertenecer a la naturaleza misma,
de ser naturaleza, y esta sensación es tan imborrable que despierta en
nosotros el interés por vivir contemplativamente todo lo que nos rodea.
Entonces ya no observamos un árbol, sino que somos el árbol.
No vemos la
luz, somos la luz.
Y así con las estrellas, las nubes, el firmamento y
todo aquello en que nos dejamos fluir. Pero lo más importante es
descubrir que este aspecto también funciona con los demás. Entonces
somos más que hermanos, somos el otro, somos la humanidad entera.
Nuestro ego se disuelve y se vuelve uno y solidario con los demás,
porque la experiencia nos está demostrando que así es».
Saúl Martinez.
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