Emilio Carrillo
¿Para qué está el dinero?
Tras ver el vídeo de la charla en Valencia:
o leer el artículo que publiqué en el número 7 de la revista de la Red Sostenible y Creativa:
http://emiliocarrillobenito.
muchos amig@s del blog me preguntan: ¿para qué está el dinero?.
Pues, sencillamente, porque es un instrumento preciso en el actual momento evolutivo de la Humanidad.
Cuando
esta avance en su evolución consciencial, el dinero, como tantas otras
cosas del viejo mundo, dejará de existir, ya no será necesario.
La Economía de los Dones (ECODON)
La
economía será entonces algo tan distinto de la actual que ni siquiera
será llamada economía. En palabras de hoy, será una Economía de los
Dones (ECODON) en la que cada cual se dedicará a ejercitar sus dones y
talentos, compartiendo con los demás los frutos de tal puesta en
práctica cualesquiera que ellos sean: una canción, una maquina o un
avance tecnológico; una pintura, una actividad de bricolaje o la
capacidad para agrupar a un equipo en pro de algo; un producto de
manufactura, una obra de artesanía o el resultado del cuidado y cultivo
sostenible de la tierra; etcétera.
Todos
estos frutos serán puestos en común dentro de la comunidad en la que
cada cual viva y serán repartidos entre sus miembros según las
necesidades de cada uno, no según sus capacidades, pues todos los dones y
talentos tienen igual importancia y trascendencia y no hay jerarquía
entre ellos. Y entre las comunidades se compartirán e intercambiarán con
generosidad los frutos de los dones que en cada una se obtengan, dando
de lo que sobra y recibiendo aquello de lo que falte.
Hasta
que esto sea así y mientras dure la transición hacia ese Nuevo Mundo,
el dinero seguirá siendo utilizado por los seres humanos, bien, como
ocurre todavía, como único instrumento de cambio, bien conviviendo con
otras formas de intercambio no basadas en su uso, que irán
paulatinamente proliferando.
Cinco principios básicos
Centrados
en el momento presente donde el dinero es la base de la economía, lo
relevante es tener en cuenta cinco principios fundamentales:
1º.
No hay que confundir valor y precio: las cosas realmente valiosas de la
vida no pueden ser medidas en euros, ni compradas, ni vendidas.
2º.
Las cosas que tienen precio no son tan necesarias como los hábitos
sociales y los paradigmas y pautas economicistas han hecho creer. La
orientación hacia una Vida Sencilla permite percatarse de que para vivir
se necesitan muchas menos cosas ponderables en euros de lo que podíamos
imaginar cuando manteníamos un estilo de vida basado en el consumismo y
un ritmo de vida en el que derrochábamos nuestra energía para
actividades carentes de sentido.
3º.
El dinero, como todo lo que el ser humano enfoca y toca, es energía. Y
no es una energía escasa, sino abundante. Hay que eliminar la concepción
del dinero como un bien u objeto material y escaso y percibir que se
trata de una energía abundante.
4º.
Como cualquier otra energía, el dinero fluye –entre y sale- en nuestra
vida cotidiana en la forma y cuantía ajustadas a nuestro propio proceso
consciencial y sus requerimientos. Es nuestro estado consciencial el que
atrae a nuestra vida la cuantía de dinero pertinente para desarrollar
las experiencias que en ese estado nos corresponden vivir. Así de
simple.
5º.
Y como cualquier otra energía, el dinero –sea poco o mucho- se expande
cuando se comparte, no cuando se enfoca desde el deseo de acumulación y
retención.
Una nueva relación con el dinero
¿Para
qué está el dinero?. No te preocupes por el “que” (qué hago o dejo de
hacer, qué pasa o deja de pasar…) y céntrate en el “como”, abordando y
afrontando con Amor todo lo que la Vida traiga a tu vida y te vaya
poniendo por delante. De este modo, inicia una nueva relación con el
dinero desde la perspectiva de los cinco principios básicos que han sido
enunciados y desde la absoluta Confianza en que llegará a ti en la
cuantía precisa para tu momento consciencial y evolutivo.
Y
si tu actividad laboral es ya la puesta en práctica de tus dones y
talentos, no tengas problemas en poner un precio al fruto de los mismos.
Eso sí, que el precio lo decida tu Corazón para obtener unos ingresos
que te permitan vivir con dignidad y, a la par, gozar del compartir con
los demás el resultado de tus dones.
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Abrid los ojos hacia vosotros mismos y mirad en el infinito del espacio y el tiempo. Oireis que alli vuelven a resonar el canto de los astros, la voz de los numeros y la armonia de las esferas. Cada sol es un pensamiento de dios y cada planeta una forma de ese pensamiento, y es para conocer el pensamiento divino que vosotras almas descendereis y remontareis penosamente el camino de los siete planetas y de los siete cielos suyos. HERMES TRISMEGISTO
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