por senderosalalma
Antes
se pensaba que las ideas, los recuerdos o los conocimientos estaban
alojados en distintos módulos cerebrales. El neurocientífico español
radicado en los Estados Unidos, Joaquim Fuster, fue uno de los primeros
en desafiar este concepto y proponer que la memoria surge de la
interconexión de la gran red que es el cerebro. En este capítulo de
Redes, Punset y Fuster charlan sobre la creación de los recuerdos y
sobre los distinto tipos de memoria. También desarrollamos los 12
consejos del neurocientífico Paco Mora para mantener un cerebro
saludable.
1. COMER MENOS.
Comer más de lo que necesitamos aumenta el estrés
oxidativo del organismo, que agrede a las proteínas, a los lípidos, al
ADN y al cerebro. Menos comida potencia la producción de nuevas neuronas
en el hipocampo, la región encargada del aprendizaje y la memoria,
aumenta la sinapsis y favorece los mecanismos de reparación neuronal.
2. DEPORTE DE FORMA REGULAR.
Men sana in corpore sano. Al practicar
deporte aeróbico de forma habitual y continuada segregamos unas
sustancias que repercuten en una mayor plasticidad del cerebro. Se
potencian las sinapsis entre neuronas, la clave del aprendizaje y la
memoria.
3. EJERCICIO MENTAL.
Hacer ejercicio mental todos los días. Jubilarse
no implica sentarse en el sofá de casa a ver la tele, hacer crucigramas
o leer. Debemos estimular la mente con retos; por ejemplo: aprender un
idioma nuevo. Es una tarea fascinante, que requiere esfuerzo, pero que
produce mucho placer, porque es útil y porque provoca la admiración de
los demás.
4. VIAJAR MUCHO.
Viajar requiere, en esencia, aprender y memorizar,
adquirir percepciones y memorias nuevas. La rutina es nefasta para el
cerebro. Además, viajar genera un cúmulo de emociones, que es realmente
lo que mueve a nuestras neuronas.
5. VIVIR ACOMPAÑADO.
Una buena salud mental pasa por tener relaciones
buenas y constantes con los demás. La transferencia emocional tiene
muchas ventajas sociales. Quienes viven en pareja y tienen amigos se
adaptan mejor a los cambios.
6. ADAPTARSE A LOS CAMBIOS.
Adaptarse quiere decir también asumir los
tiempo que corren. Si nos aislamos, si decimos “yo ya soy muy mayor
para esto”, lo único que conseguimos es estresarnos emocionalmente.
7. EVITAR EL ESTRÉS CRÓNICO.
El estrés crónico tiene muchas
consecuencias dañinas sobre el organismo y el cerebro, libera de forma
constante hormonas glucocorticoides que afectan directamente al cerebro.
Lo mejor para contrarrestarlo es practicar deporte.
8. NO FUMAR.
Este hábito puede producir pequeños infartos cerebrales y
declinar las funciones mentales. La nicotina produce una reducción de
la memoria y la atrofia y la muerte de las neuronas. Además, aumenta el
estrés oxidativo en el cerebro.
9. DORMIR BIEN.
Necesitamos entre siete y ocho horas de sueño
reparador cada noche para que nuestro cerebro pueda borrar aquella
información innecesaria y reforzar los conocimientos aprendidos. También
para reparar tejidos dañados.
10. EVITAR EL APAGÓN EMOCIONAL.
La motivación, la ilusión, la
emoción, es lo que nos empuja a tener ganas de vivir. Ése es el motor
que llevamos dentro y que nos mueve a querer seguir estando vivos.
11. AGRADECIMIENTO.
Agradecer es uno de los gestos humanos más
bellos, que une a quien agradece y a quien recibe el agradecimiento. La
vejez es un tiempo sano de agradecer, de dar, de crear nuevos lazos y
dejar atrás antiguos lastres que eran causas de tensiones, angustias y
pesadumbres.
12. LAS PEQUEÑAS COSAS.
Ser mayor, de mente clara y sano es un
privilegio. Disfrutemos de las pequeñas cosas, sin crearnos necesidades
por las que tengamos que luchar para conseguirlas.
Transcrito del programa Redes emitido en La2 de TVE el domingo 13 de noviembre de 2011.
http://http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=1lAvYUiLpnM
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