Conferencias Agni Yoga
Por Vicente Beltrán Anglada
Barcelona, 6 de febrero de 1984
El
OM hasta hace unos setenta años solía ser un secreto iniciático, que
solamente se impartía en las escuelas esotéricas avanzadas, y
naturalmente en los ashramas para fines meditativos, fines
constructivos. Pero el OM en sí, como lo define el Maestro Tibetano, es
el sonido de resurrección, entra dentro de los tres cuerpos un aire
refrescante, un aire nuevo, un aire renovado que procede de las capas
internas, no viene de lo externo.
En cambio, el AUM que
corresponde al Amén de los cristianos, los cristianos dicen:
“Aaaméennnn”, y el significado es “Hágase la Luz ”; y en cambio, el OM
es “ La Luz se hizo”, son tres tonos ¿verdad?
Entonces,
podríamos decir que la nota del OM se basa en el sonido interno, no
tiene nada que ver a veces con la voz externa, implica el desarrollo en
cierta manera del centro de la garganta, del centro laríngeo, y como
efecto de este despertar, de este desarrollo, el mantram surte efectos
en el ambiente, efectos dévicos, porque el sonido está conectado con los
devas, con los ángeles, con todo el conjunto del mundo desconocido, lo
que vamos conociendo poco a poco en la medida que vamos avanzando por el
Sendero.
El sonido inicial, el sonido original, no está a
nuestro alcance, no podemos llegar a este punto trascendente, tenemos
que estar siempre al cuidado de los sonidos que conocemos del mundo
físico. Por ejemplo, cada cual tiene una voz definida, puede ser un
tenor, barítono, o bajo, en el hombre, las tres voces que constituyen la
trinidad del sonido; en la mujer la soprano, la mezzosoprano y la
contralto, en todo se ve, y luego hay un punto céntrico, dentro del cual
la voz del hombre entra a dar ciertos, digamos, ciertos arpegios de la
voz femenina, y la voz femenina que suele tener ciertos arpegios de la
voz del hombre, y recuerda aquella voz que llamamos incolora, que no
sabe si es hombre o mujer. Es el paso que va de la mujer al hombre y del
hombre a la mujer en el caso del andrógino, que no tiene sexo, pero,
tiene esta particularidad, pero no es esta voz que puede ser
masculinoide en la mujer o feminoide en el hombre, sino que es un voz
que lleva todos los matices de la creación, y esto naturalmente
constituyen etapas de desarrollo en el Sendero para llegar a ciertos
puntos de coincidencia dentro del orden de sonidos y producir efectos
ambientales.
En la meditación, el OM repetido tres veces tiene
por objeto equilibrar o integrar el cuerpo físico con el etérico, el
cuerpo emocional y el cuerpo mental, constituye lo que decimos la
integración del cuerpo inferior, del triple cuerpo inferior del hombre.
Cuando se va produciendo este alineamiento y, entonces, por efecto de
este alineamiento evocativo —porque corresponde a nuestro propio ser—
estamos buscando la parte invocativa, lo que corresponde al Ángel Solar,
entonces, hay que saber que hay silencio, con el oído muy atento a ver
cual es el sonido que va a surgir de la conciencia, y a veces será una
nota más grave o más aguda, depende de los Tatwas ambientales, depende
de la calidad de los devas que están funcionando a nuestro alrededor,
depende del poder invocativo del propio individuo, de su grado de
desarrollo en el orden de sonidos, para llegar a un punto dentro del
cual hay un integración con el nivel superior a través del OM, del
triple OM, se está creando el Antakarana, y a través del OM egoico se
está creando el Antakarana ya con el Ser superior. Es decir, hay dos
tipos de Antakaranas, hasta el medio y al final que llega hasta la
cumbre del proceso.
Y hay también una voz que se llama el sonido
original, que corresponde a la Mónada. Con este sonido no tenemos nada
que hacer, y con el sonido OM en ciertos tonos, tampoco, porque como
digo hay que estar muy silenciosamente expectantes, hasta que dentro
surge como una nota luminosa que te dice la forma que va a tener el OM,
el aspecto, digamos, del sonido, y una nota a veces que no tiene nada
que ver con nuestra propia voz, la voz que tenemos de tenor, de barítono
o de bajo, o de soprano, de mezzosoprano o contralto, es algo más, está
por encima de estas cosas. Son los fieles ordenadores del sonido en la
vida de la naturaleza.
Pues bien, ahora estamos entrenándonos para
pronunciar bien el OM, habiendo producido efectos ambientales. No se
puede trabajar en magia sin conocer el tono que corresponde en cada
momento, en cada circunstancia, prescindiendo de la voz que cada cual
puede tener, surge una voz que es desconocida. Primero, se oye como un
sonido que viene mentalmente, después se siente dentro del corazón y,
finalmente, surge por la garganta, sin darle más importancia que al
sonido del Yo, el Yo interno, ya no el yo externo que está tratando con
los tres cuerpos inferiores, es el Yo que trata con los aspectos
superiores de sí mismo, entonces, hay los contactos, hay todos los
condicionamientos psicológicos que lleva el OM encima. Lleva el
movimiento o la limpieza del sonido, la voz se hace más agradable y,
entonces, una persona puede penetrar dentro del campo de los sonidos
misteriosos de la naturaleza, ocupado por los devas, y cada deva
responde a ciertos tonos musicales o a ciertas notas mantrámicas.
De
ahí, que cuando se habla sobre la voz, sobre el Mantram Yoga, cuando se
habla del poder de los sonidos en la vida de la naturaleza, se tiene
que tener un conocimiento muy exacto de la persona que va a recibir
estos conocimientos, porque si un aprendiz de brujo —y hacemos
referencia mucho a la atención del grupo porque es un caso muy
corriente—, para suministrarle, para impartirle ciertos mantrams
definidos, para producir ciertos resultados ambientales que pueden ser
peligrosos; primero, porque el sonido atrae a los devas y todos los
sonidos son ramificaciones del OM Sagrado o del AUM, que corresponde a
los mundos inferiores, pero os digo que el peligro existe porque una voz
o un sonido destemplado surgido del desconocimiento de las leyes del
sonido, puede provocar una catástrofe ambiental, puede agravar el karma,
puede producir el despertar prematuro del Fuego de Kundalini dentro de
la persona.
Es decir que, es muy importante empezar a trabajar
el sonido, o el mantram, a partir de un gran silencio. Les aconsejaría
que de hoy en adelante practicasen el silencio y los mantrams y nada
más, o el mantram según cada cual a su tono, porque entonces os vais
reafirmando progresivamente en el sonido interno. Aparentemente es el
sonido externo que se va trabajando con el sonido interno, y este sonido
interno, cuando se va practicando, os abre un mundo de posibilidades.
La
primera —es lo que hable el lunes en la Sociedad Teosófica — es el
sonido del yo físico, el sonido que da en su conjunto todo el
conglomerado físico y etérico. Es una especie de música que llega a ser
molesta por su intensidad cuando empiezas a dominar mantrams, pero aquel
sonido se transforma en luz, con el tiempo te permite ver etéricamente
las cosas, ponerte en contacto con las pequeñas criaturas del éter, las
ondinas de las aguas, por ejemplo, los gnomos de la tierra, las
salamandras del fuego o las sílfides del aire. Todas estas criaturas
obedecen a los sonidos mantrámicos que emite el yo físico, impelido
siempre por el Yo espiritual, porque no basta pronunciar el mantram que
corresponde al yo físico, sino que este mantram debe venir impelido por
la fuerza activa y espiritual del Yo superior, si no, sería destructivo,
porque un mago —un mago negro— que puede reproducir los sonidos que
corresponden a este grupo de devas, puede hacer arquitecturas de formas a
su voluntad y crear espejismos ambientales para los discípulos, y el
discípulo tendrá que luchar contra estas fuerzas.
En
determinados momentos de su vida notará que existen fuerzas que tratan
de avasallarle, que tratan de detener su camino progresivo en el
Sendero, y hay que prepararse ahora pronunciando bien los mantrams y
creando a través de los mantrams una coraza protectora luminosa a
nuestro alrededor, creando un mundo de protección para nuestros
vehículos y para la seguridad del yo que está evolucionando. Es decir,
es tan extensa la labor que se puede hacer partiendo de las leyes
soberanas del sonido. Recordad que el Universo en su totalidad es el
resultado de una mantram que está emitiendo el Logos Solar, está
realizando una meditación y está pronunciando un discurso en el Cosmos, y
en tanto esté hablando, conversando y emitiendo este discurso, el
Universo permanecerá inalterable. Las moléculas estarán juntas, habrá
una expansión total de vida vitalizadora dentro de las formas, porque la
atención y la intención del Logos está sobre cada una de las formas que
componen el Universo.
El Universo es físico, y acordaos que el
AUM corresponde al “Hágase la Luz ” bíblico. Este mantram corresponde:
Hágase, a la Voluntad , y Luz corresponde al tercer aspecto, y el punto
de relación es la A es el que corresponde a la U del AUM. Cuando se va
avanzando, porque acordaros que el AUM estaba muy vigente durante la
época atlante, en las primeras subrazas, pero que fue en la raza aria
cuando se empezó a acortar el sonido y hacerlo más sintético, entonces,
el AUM se convirtió en el OM, y el OM con el tiempo se convertirá en un
sonido definible, desconocido todavía por los Grandes Adeptos de la
Jerarquía , que es el sonido inicial o el sonido original, o el mantram
sagrado que corresponde al nombre entero de nuestro Logos Planetario. El
OM corresponde a la mitad de Su nombre y el AUM corresponde a una letra
de Su nombre. Así que hay que empezar a trabajar con el OM y conocer la
mitad del nombre que corresponde, hablando en términos de sonidos
cósmicos, a nuestro Logos Planetario, es decir, al Ángel Celestial de
nuestro Esquema, y de aquí, ir viendo la importancia que tiene en
meditación y en magia, la pronunciación correcta del OM, de este sonido
mantrámico que nos fue revelado en el principio de la raza aria, y que
tenemos que perfeccionar, perfeccionando, ganando en tonos y subtonos,
enriqueciendo su color, porque es un color en el espacio, y
ennobleciendo por simpatía vibratoria las formas geométricas que se
pongan a nuestro alcance o que estemos creando en el éter a través de
las meditaciones, a través de las palabras que emitimos o a través de
los propios deseos.
La intensidad de una meditación se basa
mucho en el poder del OM, en la cualidad del OM, en la intensidad el OM,
en la capacidad que tenemos de pronunciarlo siguiendo directrices
internas y no siguiendo los imperativos del yo inferior que quiere
entrometerse constantemente en estas cosas y no está capacitado para
ello. Sé que cuando intentéis pronunciar el OM, daros cuenta si la
intención es pura antes de pronunciar el OM, ver lo que pretendéis
cuando lo estáis emitiendo, seguramente que estáis tristes y
apesadumbrados o que tenéis algún problema y entonces vais a buscar el
OM para que os solucione el problema, lo cual es una forma muy directa
de agravar de problema, porque la intensidad del OM puede aumentar el
ritmo vibratorio del problema, en tanto que el OM es efectivo cuando la
mente está en silencio, está serenamente expectante, está en calma
profunda; entonces, cuando emite el OM, si vieseis el espacio como se
están creando formas armónicas muy parecidas a las notas musicales
vistas en forma clarividente, quedaríais asombrados, entonces, vendría
aquella responsabilidad, a la cual hacíamos referencia, cuando estamos
hablando sin ton ni son, porque el hablar se ha convertido en un hábito y
no en una necesidad.
No sé si me explico, hablamos más por
hábito que por necesidad. Si hay una diferenciación entre el iniciado y
el discípulo, y entre el discípulo y el hombre corriente, es que el
iniciado y el discípulo avanzado hablan cuando conviene, en cambio, los
inexpertos, hablan cuando quieren. No es lo mismo ¿verdad? Pues, ocurre
lo mismo con los mantrams. El mantram será tanto más efectivo cuando sea
necesario pronunciarlo. En un caso de necesidad, cuando hay un dolor
ambiental, más allá de nosotros, que corresponde a la humanidad, cuando
hay estos accidentes que estamos viendo por doquier, constantemente,
entonces, enviad el OM, buscando la serenidad primero. Primero, que
nuestro cuerpo emocional no tome parte en el proceso, la tristeza
—recordad— aumenta la tristeza, por lo tanto, el ánimo sereno está más
allá de la tristeza y de la alegría. Si estáis en el centro de está
situación, si estáis en el centro de la conflictividad, entonces emitid
el OM en dirección a aquella desgracia, a aquel accidente, entonces,
asistiréis a un proceso de servicio llevado por los Maestros de la
Jerarquía , estaréis colaborando con los ángeles, que están pendientes
del trabajo que está realizando la Jerarquía con esos casos, con esos
accidentes, con ese dolor, con ese sufrimiento humano.
Cuando
una persona está sufriendo, en lugar de orar, enviadle el OM, que es un
sonido de resurrección, y este OM llevando buena intención, con el
tiempo, llegaréis a emitir la nota justa y apropiada para cada
situación. Vemos que siente una nota definida, vemos que es un tono
determinado, dejaos llevar. Más que pronunciar el OM, dejar que el OM os
pronuncie a vosotros. Esto corresponde a la educación que recibe el
discípulo en los ashramas, porque hay la tendencia, habida cuenta que en
el ashrama se transmiten mantrams, mantrams de dominio, mantrams de
control, mantrams de ayuda, mantrams de elevación del Ser superior,
mantrams de protección, todo esto está dentro de la enseñanza ashrámica.
Suele esto impartirse en una cueva que hay en la Primera Esfera de
Shamballa.
Ahí se les enseña a los discípulos a pronunciar
correctamente el OM, y el que recoja aquel sonido del OM que le
corresponde dentro de su cerebro físico y que él tiene que recordar,
tratar de recordar, al acostarse debe llevarse la intención de recordar
todo cuanto va a serle impartido. Y me preguntareis: ¿Cuándo va el
discípulo al ashrama? ¿Cuáles son las normas que sigue un discípulo para
entrar en un ashrama y para recibir la enseñanza ashrámica?
Yo
os diré que está más allá del alcance del discípulo, porque siempre es
el Maestro quien sabe el momento exacto, pero cuando llega el momento,
el discípulo se siente proyectado porque hay una succión, digamos de una
manera, desde el ashrama hacia el discípulo, regido por leyes que no
son la atracción de la materia, sino que es la virtualidad del espíritu
que es la atractividad o, digamos, la atracción superior que nos atrae
hacia aquel punto determinado, y cuando estamos allí, nunca estamos
como, digamos, observadores, sino como trabajadores, y a veces el
Maestro coge a todos los discípulos y se los lleva para que ayuden
definidamente en casos como estamos diciendo, a hospitales, a
manicomios, está pendiente cuando hay grandes decisiones políticas en la
vida de los pueblos.
Está observando todo el proceso de una
civilización o de una cultura, está induciendo a ciertas líneas de
pensamiento a las gentes, y esto se hace en forma inteligentemente
organizada y, entonces, “cada cual con su propio sonido, en medio del
erial cual una esfinge”, como se dice en el Libro de los Iniciados,
empieza a trabajar y emite la nota que el Maestro ha indicado, pero se
da la particularidad que la nota que el Maestro indique es la nota que
corresponde a todos y a cada uno en particular, y que la enseñanza —creo
que lo he dicho más de una vez— que el Maestro está pronunciando en un
idioma desconocido, está llegando al corazón del discípulo en su propia
lengua y lo comprende perfectamente, porque se trata del lenguaje
universal que utiliza el Maestro.
Yo escucho al Maestro en
catalán, y esto parece un contrasentido habida cuenta que el Maestro
habla en Senzar, o en Pali, o en Sánscrito. Es un sonido, es un sonido
suave que va penetrando dentro de uno, y uno no se da cuenta, pero lo
comprende todo. Hay una etapa de adaptación a las palabras del Maestro,
al principio no comprendes gran cosa, ves un fragmento de la obra
completa, pero poco a poco, como se exige una atención expectante, con
el tiempo sabréis lo que es la expectación, cuando estéis en un ashrama,
completamente identificados con el Maestro, cuando está hablando el
Maestro hay una expectación tremenda, no existe el cuerpo emocional, no
existe el cuerpo mental, solamente existe la intención de Dios, y el Yo
con aquella atención, a medida que se va acentuando la intención, va
entrando el conocimiento de lo que el Maestro quiere impartir, y con el
tiempo, cuando el discípulo está muy entrenado en el arte de escuchar
—es un arte.
Entonces, oye íntegramente el mensaje del Maestro
en su propia lengua, comprende todos los misterios, los recovecos de lo
que el Maestro trata de introducir dentro de tu conciencia, y en todo
esto, al finalizar, cuando hay una invocación de bendición sobre los
discípulos, se siente una paz, y entonces se comprende lo que es
realmente lo que se trata de definir como serena expectación, de lo cual
participa la Inteligencia , el Amor y la Voluntad a un grado
superlativo, y que al penetrar en el cerebro y en el corazón transforma
todo el equipo kármico del individuo, lo lleva por sendas de rectitud,
lo obliga a “enderezar los caminos del Señor”, como se dice
bíblicamente, se siente transportado a los Cielos, es una bendición para
todos, y pasará seguramente todavía cierto tiempo sufriendo por su
karma, pero sabe que aquello tiene que pasar, que nada tiene que ver con
lo que está viviendo internamente, entonces empieza a separar el yo de
su karma.
Hasta aquí, el karma y el yo eran una sola cosa, pero
desde el momento en que el discípulo se da cuenta de la situación,
entonces se ve el karma como algo aparte del yo. En virtud de ello, el
karma no puede atacar el yo, no existe karma, por decirlo de alguna
manera, y si existe, el discípulo ve el karma igual que ve aquel que
está encima del puente viendo pasar el agua, pasa el agua, pero él no
pasa con el agua, y el karma transcurre porque así está escrito en los
Cielos y en la Tierra , pero él, que no es del Cielo ni de la Tierra ,
está más allá del karma, y esto es lo que hay que tratar de averiguar,
lo que hay que tratar de comprender, lo que hay que tratar de vivir, lo
que hay que tratar de discernir cuando se habla del conocimiento
esotérico, haciendo una distinción de lo que es la vida esotérica.
La
vida esotérica es la vida del ashrama trasladada al mundo físico, es la
vida del compañerismo, es la vida del grupo y cada uno de nosotros, con
el tiempo tendrá que convertirse, si aprende la lección, en un foco
radiante de luz que atraiga a otras personas que están sedientas del
conocimiento inmortal de los Maestros y, entonces, convertirse también
en Depositarios de la Ley , en un Testigo de la Luz , en un Servidor del
Plan. Esto es lo que hay que tratar de comprender, lo que hay que
tratar de llevar en la mente todos los momentos de la vida, lo que hay
que tratar de vivir en todos momentos, para que dentro de nosotros se
esté fraguando el Hombre Nuevo, al cual se refería Pablo de Tarso. Hay
que vivir de esta manera silenciosa, expectantemente, con toda suavidad,
sin resaltes, sin figuras retóricas, llevando solamente dentro de uno
aquel permanente deseo de bien que es lo que nos guía durante los
trechos oscuros del sendero...
Conferencia completa:
http://www.sabiduriarcana.org/conferencias-vicente/1984-02-09.pdf